Té blanco
El té blanco al igual que el resto de tés provienen de la misma planta, la Camellia Sinensis. El caso del té blanco es totalmente diferente al del resto de tés. Este té es el menos procesado siendo el sol el primer influyente sobre el resultado final. Para su elaboración se utilizan las hojas más jóvenes de la planta, incluidos los brotes, de los que se obtiene el té más fino y delicado del mercado. Seguramente alguna vez haya oído hablar de Agujas de Plata o Silverneedles, ¿sabe a qué se refieren estos nombres? pues al mismo brote de la planta convertido en infusión.
El té blanco es por norma general el que más antioxidantes posee. Se produce principalmente en China, aunque también otros países como Vietnam o la India, en la región de Darjeeling, lo producen. Uno de los más conocidos es el Pai Mu Tan o Bai Mudan. Por norma general el té blanco es el más bajo en cafeína, aunque esto depende del tipo de varietal y del modo en el que se realice o la infusión.
Para preparar el té blanco correctamente deberemos de calentar el agua hasta unos 80ºC aproximadamente, a continuación añadir las hojas de té y dejar infusionar entre 1 minuto y medio y 2 minutos. Los tés aromatizados pueden infusionarse hasta 3 minutos.