La granada, es el fruto del granado, un árbol pequeño que puede alcanzar unos 4 o 5 metros de altura originario de Asia. Sus flores son de color rojas y miden entre 3 y 4 centímetros. Su fruta, una baya llena de numerosas semillas y piel gruesa, es una delicia para la cocina y para el mundo de las tisanas de frutas. Existen diferentes variedades del árbol del granado, siendo en Brasil, Estados Unidos e Israel más dulces.
España, donde la trajeron los árabes, es uno de los productores más importantes del mundo de granada. Los españoles fueron también mensajeros de la granada llevándola a América y donde hoy se encuentra en litoral del Pacífico. Para cultivarse se necesita un clima templado, suelo profundo y bastante abonado. Hoy en día se emplea en jardines ornamentales por su belleza, incluso es uno de los árboles predilectos para los amantes de los bonsáis. Antiguamente la granada representaba un símbolo de amor y fecundidad, y así lo representaron en sus cuadros la iglesia y algunos pintores como Leonardo Da Vinci.
Los granos de la granada son blancos por el lado que a la fruta le da el sol en el árbol, y rojos por donde le da la sombra, pero esta curiosidad es solo eso, una curiosidad, pues nada tiene que ver con la maduración de la fruta. Tanto en tisanas como en comida tiene un sabor astringente y muy característico. Cuentan que uno de los primeros tés que se tomaron en Al Andalus, eran con granada machacada, con lo que quizás podría romper muchas teorías de que fueran los holandeses los primeros en traer té a Europa.
Propiedades y beneficios de la Granada
Para los árabes ya era una fruta medicinal empleándola en numerosos tratamientos. La granada es muy antioxidante, posee un alto contenido en vitamina B y C, además de fibra natural que favorece la digestión. Es rica en calcio, potasio y magnesio. También tiene leves propiedades diuréticas.
Maravillosa información, yo la utilizo en ensaladas y con zumo de naranja.